Lugares de interés en Carabaña

La Plaza de España

Al final de la calle Real, a la que haremos continuamente referencia, pues cruza el pueblo de abajo a arriba, se encuentra la plaza de España, un espacio tranquilo y luminoso donde están algunos de los elementos históricos principales de Carabaña. En el centro de la plaza destaca la Fuente Neoclásica de 1798, reinando Carlos III, como reza la inscripción. Servía el agua de esta fuente para el consumo de los carabañeros y vino a sustituir otra del siglo XVII que no solucionaba el abastecimiento para lo que también había sido levantada. Antes, hubo otra que citan las Relaciones de Felipe II.

Madoz, refiriéndose a la actual fuente, dice:

…una fuente de dos caños con un buen pilar excelentemente construido y buena y abundante agua, que produce lo suficiente para el consumo del pueblo, y además para el riego de algunos pequeños jardines y huertos que hay dentro de la población…

Otro detalle importante de la plaza, en la esquina de la calle de la Sierra, es el ara romana que, según algunos informadores del siglo XVI, contenía una inscripción que explicaba el deseo de un capitán romano de colocar sobre aquel altar un ídolo al que adoraran sus soldados antes de la batalla.

Presidiendo la plaza se levanta el Ayuntamiento cuyas trazas son de mediados de este siglo. Hubo antes en el mismo lugar otro edificio que sustituyó al pórtico de la iglesia como lugar de reunión del Concejo de la Villa. Esta construcción ya aparecía en documentos del siglo XVI y sirvió como Ayuntamiento hasta nuestro siglo, aunque con constantes remodelaciones que recogen diferentes documentos.

Frente a la fachada principal del ayuntamiento se alza el casón conocido como

Palacio de la plaza de España construido en el siglo XVI. A finales del siglo XIX, Marín escribe que “entre los edificios públicos más notables de esta villa se cuenta el palacio del antiguo señorío, construido en el siglo XVI y regularmente conservado hasta la fecha…”. Fue, por tanto, propiedad de los señores. Después, a principios del siglo XX, las habitaciones superiores sirvieron de escuela y, durante la guerra, fue sede de Correos. Hoy no queda casi nada de lo que fue pues el edificio y los jardines fueron parcelados y vendidos a particulares, pero la portada almohadillada aún recuerda su origen.

En la plaza de España se encuentra uno de los centros de ocio más tradicionales de Carabaña, el Casino, que sustituyó al antiguo situado en la cercana calle del Doctor Cortezo en 1946. En la parte de arriba los socios siguen organizando partidas de cartas y el piso bajo es cafetería.

Palacio del Virrey

Está en la calle Madrid. Por el nombre, podemos suponer que tuvo alguna relación con un virrey, pero ningún dato documental lo confirma. Juan Miguel Sánchez Vigil ofrece una hipótesis que podría explicarlo: un miembro de la familia Barrientos, don Diego, estuvo a las órdenes del virrey de Indias en el siglo XVI ostentando un importante cargo.

El palacio pudo pertenecer a la familia de D. Diego y, en ese caso, no sería extraño que los carabañeros asociaran la casona al cargo. Las trazas arquitectónicas corresponden al siglo XVI, aunque la portada adintelada es barroca del XVII. La antigua construcción está muy remodelada y en el interior no queda prácticamente nada. Destaca el escudo nobiliario con yelmo.

Casa de La Señora o Casa Grande

Situada en la calle Real, frente a la iglesia, hoy es un edificio no muy lejos de la ruina.

Fue propiedad de los Haro, importante familia ya en tiempos de Felipe III. Es una construcción de traza sencilla. Aún en el estado en que se conserva, no ha perdido el encanto de la rejería de sus balcones y ventanas, de los portones o de las ménsulas de forma humana. Tuvo un cuidado jardín que hoy crece descuidado y un patio decorado que se perdió durante la guerra civil.

Iglesia de La Asunción

La iglesia se construyó en el siglo XVI, es obra de Bartolomé Bustamante, sacerdote de la villa y se levantó sobre los cimientos de la antigua iglesia totalmente arruinada. Dicen las Relaciones Topográficas que “está muy bien edificada toda de cal y canto y con sus mármoles de piedra redondos bien labrados de tres naves, y en el cuerpo está enmaderado el techo de muy buena madera de pino labrada, y hacia el altar hay cuatro capillas hechas de yeso bien labrado”.

Durante la guerra civil sufrió importantes destrozos, se quemó la madera del coro y se destruyeron las imágenes. En el interior distinguimos tres naves separadas por columnas jónicas y arcos de medio punto. El retablo del altar mayor se destruyó durante la guerra y fue sustituido por el actual. Tanto uno como otro estaban dedicados a la virgen de la Asunción.

A los pies del altar mayor está la tumba de Diego de Barrientos del que ya hemos hablado al describir el palacio del virrey.

Queda algún banco del siglo XVI y las puertas de entrada conservan algo de la madera y los herrajes primitivos. El coro, alto, está a los pies.

La fachada oeste da a la plaza de Joaquina Orea. Sus puertas, en arco de medio punto, son de madera y se abren la víspera del día del Cristo. Sobre ellas hay una hornacina que guarda una imagen de la Virgen de la Antigua. Destaca también la fachada sur, en la plaza de Virginia del Pozo. Dividida en dos partes, a la izquierda se abre la puerta principal con arco de piedra. A la derecha están la sacristía abajo y la vivienda del párroco arriba.

La torre es también del siglo XVI. Tiene cuatro campanas y reloj.

Ermitas

De las seis ermitas que nombran las Relaciones Topográficas de Felipe II, sólo dos han llegado hasta nosotros, y una de ellas en ruinas, Santa Bárbara.

La otra ermita que se conserva es Santa Lucía, ésta, en buen estado. Se encuentra a la entrada del pueblo por la carretera de Tielmes y guarda la imagen de Santa Bárbara que se trasladó desde esta ermita después de la guerra civil, cuando el edificio estaba ya arruinado.

Santa Lucía también sufrió importantes desperfectos durante la guerra, cuando fue utilizada como puesto de control.

Muy recientemente, en la década de los 90, se han terminado las últimas obras de rehabilitación.

La primera talla de la santa fue sustituida en 1712, pero se destruyó durante la

guerra.

Santa Bárbara está en un cerro a la entrada de Carabaña y desde sus ruinas hay una magnífica vista del pueblo y del valle del Tajuña.

Cuevas

Son muchas las cuevas naturales y artificiales que quedan en Carabaña. Destacaremos la Cueva de la Mora, estudiada en 1929 por Pérez Barradas que encontró en ella algunos restos prehistóricos, posiblemente de la Edad del Hierro. Otras cuevas interesantes son la del Peregrino y la del Huevo Rodado.

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